lunes, 9 de julio de 2007

TRAFICO DE ANIMALES EN CHILE


En Chile existe gran cantidad de hogares donde se mantienen animales silvestres como mascotas, pese a estar protegidos por la ley 19.473, que prohíbe su caza o captura, su comercio y la tenencia. Pero no se trata sólo de cometer un delito: lo peor es el sufrimiento y la crueldad que conlleva el tráfico de animales. Por ejemplo, para capturar a crías pequeñas, generalmente matan a la madre que trata de defenderlas; además, las técnicas para atraparlas no son precisamente cuidadosas. El tema del transporte es tanto o más terrible, ya que la mayor parte de los ejemplares mueren asfixiados: la razón, es que van ocultos –muchas veces en estrechos tubos- y cubiertos con gruesas telas o con sus picos amarrados con alambre -en el caso de las aves- de tal manera que no sean detectados por quienes fiscalizan. Por último, se traslada al animal desde su hábitat natural a una jaula, donde ni siquiera puede moverse o estirar sus alas. Respecto a las especies que más comúnmente son víctimas de este tráfico en Chile, destacan claramente el Loro Choroy y el Loro Cachaña. Se trata de los típicos loros de plumaje verde oscuro y plumitas rojas en la frente y la cola, que usan -ilegalmente- los organilleros, y que están presentes en muchas casas. Ellos, junto al Loro Tricahue, son los únicos loros nativos de Chile, y su caza o captura, comercio y tenencia están absolutamente prohibidos. El otro animal que lamentablemente se ha popularizado como mascota, es la Tortuga de Tierra, especialmente la que proviene de Argentina. Y al igual que en el caso de los loros, su caza o captura, comercio o tenencia están absolutamente prohibidos, cuestión que se aplica a TODAS las tortugas de tierra, chicas, medianas o grandes (sólo las tortugas de agua están permitidas, en locales autorizados). Si tienes un Loro Choroy , un Loro Cachaña, una Tortuga de Tierra o cualquier animal de dudoso origen (o conozcas a alguien que los tenga en su casa), piensa que estará mejor y será más feliz junto a los suyos, a sus iguales, libre en la naturaleza, donde podrá volar o desarrollar completamente sus potenciales. Si te decides a entregarlo, el SAG (Servicio Agrícola y Ganadero, Av. Portales 3396, Estación Central, fono: 6764013) lo recibirá sin ponerte problemas ni menos sancionarte, ya que se trata de un acto voluntario (sólo hay sanción cuando van a tu casa por alguna denuncia, y lo decomisan). Es importante dejar en claro que no debes liberarlo directamente en la naturaleza, ya que puede portar enfermedades que dañarían gravemente a los de su especie.

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